Opiniones

Lo menos que cabe esperar, de todo un consejero de medio ambiente de la Junta de Castilla y león, es que muestre cuando menos, cautela y recelo en aquellos proyectos, como el de San Glorio, que puedan ocasionar una alteración critica a un enclave natural tan valioso y protegido como es Fuentes Carrionas y El Parque Regional de Picos de Europa. 

La indisimulada complacencia de  Carlos Fernández Carriedo con el proyecto de la empresa Tres provincias, se ha materializado en los últimos meses en la tramitación del cambio de la normativa del Parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente del Cobre para permitir en cercano futuro la construcción de una mega estación de esquí alpino en las estribaciones de Peña Prieta, cosa que se prohíbe taxativamente en el actual Plan de Ordenación de Recursos Naturales de dicho espacio protegido. 

 

Sería de suponer, que los que legislaron con anterioridad en contra de la construcción de una infraestructura de este, lo harían con criterios meramente científicos y encaminados a la protección de un determinado ecosistema, así pues, ¿qué ha cambiado entonces para que esos criterios de protección deban ser cambiados de la noche a la mañana?, ¿Qué ha cambiado para que en los últimos años se restringiera la entrada de personas a amplias zonas de la montaña palentina durante largos periodos de tiempo, en pro de la conservación del oso pardo y ahora se quiere plantear sin rubor, que miles de personas campen a sus anchas por ella?, lo único que ha cambiado ha sido el titular de la consejería y su criterio ambiental, condicionado por mas que un evidente desconocimiento del medio natural. 

 

En un ámbito más general, resulta vergonzoso observar, como el tema San Glorio esta siendo utilizado por casi la totalidad de los grupos políticos para sacar réditos electorales sin ningún tipo de pudor. Desde las cortes castellano leonesas  no cejan de  exigirse unos a otros, de manera encarnizada, que se eliminen los posibles obstáculos medioambientales que existen para viabilizar la estación, como si cambiando una ley, se eliminara cualquier tipo de afección al medio ambiente, como si cambiando el contenido de un papel nuestros osos pardos saldrán de sus oseras para enfundarse en monos de esquí. 

 

Lo cierto, es que a día de hoy, y realizadas multitud de consultas técnicas a Técnicos y Biólogos que conocen y han trabajado en la región, y tras la divulgación de un proyecto que si bien no ha sido presentado formalmente es ya un secreto a voces, todos, coinciden sin excepción, en que ningún estudio de impacto ambiental, con las actuales medidas de protección que existen en San Glorio, podría dar luz verde a esta clase de infraestructura. Sin embargo, dada la efusividad de la Junta con el proyecto ya ni siquiera cabe confiar que se realice un estudio de impacto ambiental serio y estas sospechas se acrecientan cuando se observa el interés de los promotores en desvincular a Cantabria en primera instancia del proyecto, evitando así que dicho E.I.A sea competencia de la administración central.  

 

Lo menos que podrían hacer los responsables políticos castellano leoneses es exponer la verdad, no se puede decir que en San Glorio se pueden preservar los recursos naturales compatibilizándolos con la estación. Llas agonizantes y cercanas poblaciones urogalleras del Parque nacional y regional de picos no van a sobrevivir a base de las frases hechas del señor Herrera, lo menos que podían hacer era aceptar que dan prioridad a un determinado proyecto en detrimento de la existencia del gallo y del oso, así de simple. A todo esto cabe preguntarse por qué la junta, como ya  ha hecho Asturias, no ha iniciado el tramite para incluir al gallo en la lista de especies en peligro de extinción, lo único que cabe pensar es que no quieren mas obstáculos entre sus planes y el cemento, porque si no es así, no llega a entenderse el escandaloso olvido que esta sufriendo el gallo. 

 

Efectivamente la montaña palentina y la leonesa, han sufrido duros periodos de despoblación y estancamiento económico pero no hay porque anteponer la supervivencia de las agónicas poblaciones urogalleras u oseras a la prosperidad económica de los valles montañeses, esta claro que se deben de articular ya planes de desarrollo concretos. La riqueza natural de castilla y león en ningún caso debe contemplarse como a menudo se hace como un freno al desarrollo económico y social, así lo han entendido en la parte asturiana o cantabra del parque nacional de picos de Europa, batiendo año tras año las cifras de afluencia turística, que ocurre entonces? Acaso valdeon esta mas cerca de Madrid que Arenas de cabrales, son los rebecos cantabros más fotogénicos que los leoneses o peña santa de castilla menos impresionante que su hermana asturiana? Hasta ahora nadie parece saber responder porque lo que vale para Cangas de onis, Potes o Panes no vale para Riaño, Posada o Vidrieros, hasta ahora nadie ha sabido explicar porque la estación es la Única salvación de la montaña y si no como dice alguno “ nos morimos”.  

 

Los valles leoneses y palentinos necesitan una revitalización que no tiene por que provenir de  los telesillas, sino de los propios planes de ordenación de cada espacio natural en los cuales se especifican y se promueven los objetivos socioeconómicos, culturales y ambientales a promover, haría bien el señor consejero en investigar como y donde se han invertido miles de millones de fondos europeos por parte de por ejemplo la dirección del parque regional de picos de Europa y comprobará que poco se ha gastado en revitalizar económicamente la zona y cuantos cientos de millones se han tirado sin control ninguno en nuestros montes, para perjuicio de la fauna y flora silvestre y de las gentes de sus valles. En el caso de Riaño, se perdió la oportunidad en primera instancia, de relanzar la zona como se ha hecho con anterioridad en tantos espacios protegidos y ahora los responsables de aquello son los encargados de enarbolar San Glorio como única solución posible, hipotecando su futuro en un elemento tan volátil como la nieve y entregando a cambio nuestra única riqueza real. 

 

Por ahora, lo único que queda claro es, que alguien esta engañando a la gente, por mucha legislación local que se intente cambiar, y por muchos espacios protegidos que queden desprotegidos, en última instancia la decisión final vendrá de Europa y por suerte, la legislación europea no depende de oportunismos ni cacicadas. Desde Bruselas se ha advertido ya a España en numerosas ocasiones de la mala aplicación de la Directiva de habitas y de la legislación en torno a especies protegidas. Los perjuicios que propiciara San Glorio en torno a la fragmentación de las poblaciones del núcleo oriental del oso pardo están comenzando a ser suficientemente descritas y la fragilidad de las poblaciones urogalleras colindantes, en  ningún caso podrán soportar una presión demográfica tan incontrolada como la que se prevé en torno a la hipotética estación, por mucho que el señor Carriedo no vea incompatibilidades previas o que el señor García Prieto haga declaraciones grotescas y cargadas de ignorancia sobre el nulo impacto que representarán las infraestructuras diseñadas, la realidad es terca y solo cabe esperar que nuestros vecinos europeos les enmienden la plana de una vez por todas. Sin embargo y sea cual sea el desenlace final, deberíamos denunciar la actitud de aquellos que aun sin presentarse el proyecto ya le daban su bendición a pesar de que sus responsabilidades deberían llevarle por otro lado, a aquellos que iban a permitir  que el patrimonio de todos se convirtiera en el cortijo privado de unos pocos y a aquellos que querían llenarse  los bolsillos a costa de una riqueza natural que no es propiedad de nadie.

 

Iñaki Reyero

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